La
revista Discípulos sale al ciberespacio en este día de Pentecostés del
año 2000. Y quiere hacerlo con la misma alegría y frescura con que los
primeros discípulos de Jesús salieron a dar testimonio de su fe y con la
ingenuidad de quien se estrena, como ellos, en un lenguaje nuevo que el
Espíritu nos va enseñando: el lenguaje universal de Internet.
Detrás de este proyecto
está una pequeña comunidad virtual de cristianos católicos que, en
lugares y de formas diferentes, intentamos estar atentos a los signos de
los tiempos y descubrir cada día nuevas formas de seguir al Señor en la
sociedad del siglo XXI. Con ese objetivo lanzamos en 1998 la página ciberiglesia.net.
Discípulos quiere enriquecer y desarrollar este ministerio y sus fines.
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ser discípulo es un estilo de vida que
abarca todas las dimensiones de la personalidad
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El nombre que hemos
elegido para nuestra revista se basa en dos presupuestos teológicos
primordiales: un concepto básico de lo que significa ser cristiano - ser
discípulo/a de Cristo- y un modelo de ser Iglesia -ser la comunidad de
los discípulos de Cristo -. Frente a modelos de identidad cristiana
basados en el cristianismo o catolicismo sociológico, la simple recepción
de un sacramento o una práctica religiosa impuesta por otros, impulsamos,
en el espíritu del Evangelio, una definición basada en el seguimiento
personal de Jesús con todo lo que implica de opción total por Él, su
causa, su gente y su mensaje. Ser discípulo es un estilo de vida que
abarca todas las dimensiones de la personalidad, la transforma y la
libera. Un discípulo no es simplemente un alumno o estudiante que aprende
"cosas" (doctrinas, mandamientos, credos, dichos…); el discípulo
aprende al Maestro y está dispuesto a dar su vida por él.
Este discipulado radical
no puede ser algo individualista, una relación directa entre Dios y el
creyente que no necesita de los otros; por el contrario, implica
necesariamente una pertenencia a una comunidad de discípulos que han
recibido el mensaje y se ayudan mutuamente a vivirlo y a transmitirlo a
futuras generaciones a través de un testimonio creíble y de un lenguaje
siempre nuevo y adaptado a cada tiempo, lengua y nación. La Iglesia que
nace del Evangelio y de la Tradición es una comunidad donde se vive el
amor fraterno y se es testigo de Jesús por el amor. Una Iglesia que es
comunidad de discípulos como la de Jesús vive comprometida con los
empobrecidos y está abierta a todas las personas sin distinción de sexo,
raza, lengua, o un historial de pecado o de virtud. Esta Iglesia no copia
modelos de organización del mundo, sino que tiene en el servicio humilde
el modelo de autoridad. Una Iglesia que es comunidad de discípulos se reúne
en torno al único Padre-Madre y Señor, ante quienes todos somos hermanos
y hermanas. Una Iglesia así es comunidad de resistencia y esperanza ante
los ídolos del mundo actual: el dios-ciencia de la manipulación genética,
el dios-economía del neoliberalismo feroz, el dios-triunfo de la exaltación
individual, el dios-consumo, el dios-etnia, el dios-droga, el dios-sexo...
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Al subtitular esta
publicación electrónica "Revista de teología" hemos dejado
que se asomaran a la pantalla nuestros mejores deseos para Discípulos .
El primer deseo es que no sea sólo un escaparate de noticias, reflexiones
y experiencias, sino un intento de hacer teología desde la vida,
desde los lugares teológicos en los que Dios se hace presente,
desde los pucheros de nuestra experiencia cotidiana entre los que Santa
Teresa lo descubría. No una teología académica y elitista, sólo para
iniciados, sino popular, inteligible incluso para aquellos
hermanos y hermanas que se asomen a nuestras páginas sin un gran acerbo
previo de formación teológica. También una teología holística,
integral, es decir, que abarque todas las dimensiones de la persona (económica,
social, sexual, ecológica, psicológica, política…) y nos ayude a
construir el Reino de Dios aquí y ahora.
Al subtitularla "revista de...
ministerio" deseamos, finalmente, que fomente una reflexión sobre el
servicio cristiano desde la dinámica del discipulado, según la cual todo
cristiano o cristiana está llamado a servir a la comunidad por su mismo
bautismo y ha sido enriquecido por el Espíritu Santo mediante unos dones
o talentos personales que debe poner al servicio de la Iglesia y que ésta
debe saber discernir y potenciar. Este concepto neotestamentario tiene
plena vigencia en el tercer milenio que acabamos de estrenar, y exige un
cambio radical en la manera de entender y practicar los ministerios en la
Iglesia Católica.
Quizá queda una pregunta
por responder. Si existen ya revistas impresas de parecidas características
al proyecto que hoy lanzamos ¿por qué repetir ideas o disgregar
esfuerzos? Porque a una revista digital la diferencian aspectos muy
notables que completan y enriquecen la oferta ya existente en papel. Entre
las novedades que las nuevas tecnologías y medios de comunicación nos
aportan están la posibilidad de compartir nuestro trabajo y pensamiento
de forma gratuita, el dar la voz a muchas personas dignas de ser
escuchadas que no tienen cabida en las otras publicaciones, el poder
llegar a una audiencia mucho mayor que las revistas tradicionales, el
ofrecer interacción con los autores para mantener un diálogo
enriquecedor y, finalmente, el poder constituir una comunidad virtual de
cristianos que hablan español.
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todo cristiano o cristiana
está llamado al ministerio
por su mismo bautismo
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Discípulos nace con vocación
de servicio a todos, pero, de un modo especial, a aquellos que más lo
pueden necesitar. Ojalá lleguemos a ser voz de los que no tienen voz y
que estas páginas virtuales puedan ser "vocero" que denuncie la
injusticia y favorezca la creación de un mundo más Humano y Divino para
todos los que lo habitamos y los que vendrán detrás de nosotros..
Discípulos nace también
con una vocación dinámica a seguir creciendo con libertad, a no
ajustarse a márgenes prefijados. Por eso te invitamos y animamos a que
nos hagas llegar tus aportaciones y sugerencias, a que dialogues con los
autores, a que des a conocer a otros nuestras páginas y a que ores por
este ministerio.
Jesús nos sigue llamando
a todos a "echar la red" y a ser pescadores de hombres y mujeres
en los mares de Internet por los que navegamos. Aquí hay un remo para ti.
Paz. |