29 - Marzo, 2004. Corazón       

 

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AUTOR

ECLESALIA

08/03/04

CON CORAZÓN DE MUJER

Silvia

ECLESALIA

10/03/04

¿SE DISTINGUEN LA IZQUIERDA Y LA DERECHA?

Juan Luis Herrero

ECLESALIA

14/03/04

ESPECIAL: MADRID 11 DE MARZO

VV.AA.

ECLESALIA

12/03/04

ATOCHA, 7:30

Santiago Riesco

ECLESALIA

15/03/04

NUEVO DICCIONARIO DE PASTORAL

Casiano Floristán

ECLESALIA

16/03/04

Jon Sobrino

ECLESALIA

17/03/04

Europa Press

ECLESALIA

18/03/04

DEJARON HOGAR Y FAMILIA

Gregorio Fernández

ECLESALIA

23/03/04

'ORAR DESDE EL ARTE'

Joseph Mascaró

ECLESALIA

24/03/04

FARISEOS Y PUBLICANOS

Mari Patxi Ayerra

Vida Nueva

27/03/04

LA IGLESIA Y SUS PROBLEMAS

José Ignacio Calleja

ECLESALIA

29/03/04

FUNERAL EN LA ALMUDENA

Mari Patxi Ayerra

ECLESALIA

30/03/04

A PROPÓSITO DE LA PELÍCULA ‘LA PASIÓN’

Juan José Tamayo

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ECLESALIA, 8 de marzo de 2004

CON CORAZÓN DE MUJER
¡Tabita Kum, Nvenyé, Levántate!

SILVIA

NACALA (MOZAMBIQUE).

ECLESALIA.- Como mujer hace tiempo que quiero escribir alguna cosa, me llama mucho la atención la fuerza de muchas de las mujeres de aquí y de todo el mundo y por eso me gustaría compartir una reflexión. No se trata de algo feminista, ni de lucha de género, no es mi estilo. Para nada estoy en contra de los hombres, pienso que somos complementarios, que Dios nos hizo a cada uno para completar al otro. Sólo que por desgracia muchas veces nos olvidamos de esto, unas y otros, y acabamos en una absurda guerra de sexos que ni de uno, ni de otro lado lleva a ningún sitio.

Muchas veces se nos llama sexo débil, nunca creí ni creo que sea así, podemos ser sensibles, o sentir las cosas de diferente manera, pero eso de sexo débil, para nada creo que sea verdad. Y es que lo veo todos los días en multitud de mujeres admirables y luchadoras que están cerca o que han estado. De todos los lugares donde pasé y más concretamente aquí en Mozambique, en Nacala, en Matibane.

La mujer es la que lleva el peso de la casa, de conseguir comida, de trabajar en el campo, de cuidar a los hijos. En definitiva de la vida, en muchos de los casos. Y encima es maltratada en multitud de ocasiones y se ve erróneamente sometida a obedecer siempre los deseos del hombre. Ha sido así en todas las culturas desde los tiempos. Si alguien me preguntara por qué sigo a Jesucristo ¿sabéis cual seria una de las respuestas? Pues porque me libera, me hace sentir igual y sin distinción. Solemos hacer separaciones, esto de hombres aquello de mujeres, hasta nosotras propias lo fomentamos y perpetuamos el estar “por debajo”. Con Cristo no debería ser así. El mismo respetaba y las trataba como personas, como iguales. Hoy por hoy en la mayoría de las partes el mundo todavía existe la discriminación sobre nosotras. Las que nacimos en lugares en los que ya se nos siente como iguales y se nos trata como tal, somos una minoría, la mayoría todavía no es consciente de que esto puede suceder y en muchas ocasiones ni se plantea que puede vivir de otra manera, en otras ni quiere.

Nunca había sentido la discriminación por ser mujer en ningún sitio, y aquí a veces la siento, igual da que sea misionera y de otro país.

En la parroquia de Matibane, en la zona rural ahora estamos trabajando con ellas. Empezando e intentando que vean su dignidad e intentando mostrar sus valores y que juntas pueden. Aquí es muy difícil porque por cultura en los ritos se transmite de generación en generación que debe ser sumisa, que debe agachar la cabeza y que su servicio principal es satisfacer a su marido. Dentro de esto, sólo decir que a veces se cierran en ellas mismas y que para mí, aquí, entrar en el mundo femenino ha sido y sigue siendo el mayor de los retos. Pienso que la promoción de la mujer no es sólo enseñar a cocinar y coser. La promoción y toma de conciencia viene con la educación y no sólo en la preparación para ser unas buenas esposas, como durante mucho tiempo se ha trabajado. El cambio viene desde dentro y muy despacio.

En las últimas reuniones con ellas, trabajamos a través de la película “El color púrpura”. Fue increíble ver las expresiones en determinadas escenas, muchas de ellas se sintieron identificadas con algunas partes que aparecían. Y ¿sabéis? En el fondo todas aunque de diferentes culturas y vivencias, en lo profundo sentimos igual.

La mujer aquí, en muchos sentidos, siempre me ha parecido admirable y a pesar de la diferencia de manera de pensar y de actuar y de que me ponga nerviosa ante determinadas actuaciones, me hace sentir un profundo respeto y hasta admiración. Me continúan emocionando gestos y sentimientos compartidos en los que se ve la fuerza que tienen y su vivencia de Dios, que es tan grande, lo cual envidio. Tal vez no entiendan ni vivan la religión como pensamos que debe ser, pero el sentimiento profundo está.

Me admira la fuerza, la manera de enfrentarse al dolor de las grandes pérdidas, sobretodo de las madres que pierden hijos. Hace poco una gran amiga mía de aquí perdió una hija, al verla después de aquella pérdida, ella que estaba destrozada, todavía mantenía y nunca ha perdido la confianza, ni se ha dejado caer en el pozo de la eterna tristeza. Esos momentos que son difíciles, y compartidos, hacen que te sientas más cerca. También los momentos alegres de nacimiento, de muchas alegrías compartidas, de bromas sobre algunas cosas nuestras que les hacen gracia, nos acercan.

Aquí está lleno de “mujeres fuertes como las del Evangelio” y para mí es siempre increíble lo que puedo aprender con ellas. Soy consciente también de que nunca podré llegar a entender lo que viven y sienten totalmente, pero me siento feliz por poder acompañarlas y estar cerca.

Algunas de ellas consiguen estudiar, llegar a promocionarse, pero ellas también sufren porque muchas veces no son entendidas por su propio pueblo y se sienten solas. Pero al menos tienen el coraje de seguir luchando.

Todavía nos falta mucho que hacer, incluso dentro de la Iglesia que todavía es mayoritariamente masculina y en la que muchas veces no somos capaces de luchar porque se nos sienta como iguales y nos acomodamos, pensando que no hay nada que hacer. Preferimos seguir igual. El trabajo es nuestro y de aquellos que nos entienden y ya nos apoyan, además de sentirnos como iguales y complementarias.

Desde aquí agradezco a Dios las grandes mujeres africanas admirables que conozco y me gustaría nombrar algunas:

Dona Valeria, mujer grande, consecuente, trabajadora, luchadora, nuestra gran amiga. Fuerza y serenidad.

María Goreti: Dulzura, y trabajo, independencia, fuerte a pesar de la aparente fragilidad.

María: Madre grande, a pesar de las dificultades lucha, ejemplo de organización familiar y de lucha. El gusto por aprender.

Madalena: Da lo que ha recibido para la gente que necesita. Opta no por lo fácil. Fuerte y decidida.

María Travesa: Casi 70 años de vitalidad, optimismo, actividad y preocupación por los demás.

Dona Rosa: La paz, el sosiego y la serenidad.

Anastasia: La lucha por salir adelante, el sentido común.

Esperanza: Una María Magdalena, sin complejos, y con mucho cariño.

Sureya: Contracorriente y viviendo libremente, sin importarle el que dirán a pesar de su “modernidad”.

Anifa: Que todavía está a crecer pero ya se nota una fortaleza de carácter, que no le falte nunca.

Y a tantas otras mujeres empezando por mi madre, y mi hermana, que me han dado el testimonio que necesitaba para sentirme libre. A mis amigas de toda la vida, a las mujeres con las que he compartido vida en Comunidad aquí, a todas las hermanas que me han acompañado.

A todas ellas, con corazón de mujer, ¡gracias! Gracias por ser la presencia de Dios en mi vida. Y como no también a aquellos hombres que nos sienten como iguales, y que luchan junto con nosotras cada día para que la igualdad sea posible y deje de ser una utopía. Como dirían aquí “ Koxukhuru vanjene”. De corazón de mujer, voy a seguir aprendiendo de todas ellas.

Con mucho cariño, Silvia.

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ECLESALIA, 10 de marzo de 2004

¿SE DISTINGUEN LA IZQUIERDA Y LA DERECHA?
Puntualizaciones a un planteamiento peligroso

JUAN LUIS HERRERO DEL POZO, de Comunidades Cristianas Populares

LOGROÑO.

ECLESALIA, 10/03/04.- Me refiero a un planteamiento, de contornos sinuosos y ambiguos, de apariencia moderada, muy extendido en sectores conservadores y eclesiásticos. En aras de mayor concreción me serviré, para plasmarlo de la formulación que he encontrado en un escrito reciente en la esperanza de ofrecer un contrapunto en forma de comentarios a las principales afirmaciones. La escasa y, a mi juicio, deformada conciencia política de buena parte de los cristianos tradicionales justifica un intento de ayuda para la reflexión personal. El voto no es libre más que cuando es con conocimiento de causa. Selecciono, pues, las afirmaciones más erráticas para desentrañar su nula fundamentación en la realidad y en el análisis político serio:

1/ Se afirma la insignificante diferencia práctica, en otros países, entre partidos de uno u otro signo, izquierda o derecha; y se justifica el hecho -que se presenta como inevitable y hasta bebeficioso- con una razón técnica: las "reglas económicas" apenas dejan márgen de maniobra a unos y a otros.

COMENTARIO: Estoy de acuerdo con la escasa diferencia práctica entre ambas orientaciones políticas porque es notoria la tendencia, en los últimos años de la Unión Europea, a la derechización de la izquierda, para desgracia de los sectores más modestos. Pese a tal peligrosa pérdida de identidad de la izquierda europea, al menos en España estimo que sigue existiendo una clara distinción y distancia en los comportamientos socioeconómicos de la izquierda y la derecha; ¡vaya si se distinguen, a simple vista de la política del actual gobierno de la derecha! Basta consultar los datos y análisis sobre la creciente divergencia entre la situación europea (aunque ¡ojo a lo que se cierne sobre Francia y Alemania!) y la española. Repárese para España los siguientes ámbitos: desregulación y precarización del trabajo, caída en picado de la sanidad pública, de la enseñanza, viviendas inasequibles para jóvenes y rentas modestas, manipulación de los medios informativos, ocultamiento tramposo de la realidad (Prestige, Irak, Yacolev 42...), intoxicación de la opinión ciudadana, camuflaje de la inflación real, fiscalidad regresiva para las rentas altas, investigación y desarrollo (I+D) concentrados en lo militar, corrupción generalizada consentida desde la administración, ninguneo del parlamento y de la opinión ciudadana, recorte solapado de los derechos (deterioro democrático creciente) y un largo etc. a cargo de la derecha gobernante. Con ello no afirmo que todo se presente risueño desde la alternativa real. Pese a tal incertidumbre de futuro mantengo mi convicción de la diferencia de 'sensibilidad social' práctica entre derecha e izquierda, sobre todo a nivel regional y local, salvo prejuicios interesados.

La explicación que se suele dar de la no diferencia práctica entre derecha e izquierda es el supuesto escaso margen de maniobra que permiten las condiciones económicas reales. Tal explicación tópica encubre, a mi entender, un prejuicio de fondo: el de considerar estas condiciones como imputables a 'reglas económicas', inflexibles como una ley física. Es una trampa: priorizar unas variables económicas sobre otras para articularlas entre sí es, en la política práctica, una opción condicionada pero libre y responde por lo tanto a un planteamiento ético. Por mucho que la derecha disfrace su intención, es preciso urgirle sobre cuál es su opción -tal vez inconsciente, tal vez falseada básicamente desde una antropología errada- ¿privilegiar a los ya privilegiados o restablecer el equilibrio a favor de la mayoría? El error antropológico -falsa relación individuo-sociedad o bien particular-bien común- está confirmado por la historia: la famosa copa de la riqueza acumulada, que pretenden tener que llenar para que pueda desbordar sobre los pobres, nunca llega a hacerlo porque los ricos son insaciables y agrandan la copa sin cesar. El correcto despliegue de la política económica tiene, pues, un previo que, casi siempre, o no se tiene en cuenta o se oculta: la ética. Por ejemplo, no es lo mismo priorizar el beneficio de unos pocos que los mínimos vitales de la mayoría, a la hora de combinar las 'reglas económicas' para la creación de empleo DIGNO. Y en el terreno de lo público-privado (privatizaciones) es inmoral (anti-ético) la política práctica que socializa las pérdidas y privatiza los beneficios...

2/ "Ningún partido tiene la verdad total ni sabe hacer milagros".

COMENTARIO: Es una obviedad, porque sería Dios. Es un argumento superfluo que ni prueba ni aclara nada. Se lo he oído a muchos clérigos.

3/ La diferencia entre derecha e izquierda es una antigualla".

COMENTARIO: obsérvese que la afirmación favorece sólo a la derecha y coincide con la sensibilidad eclesiástica (no la eclesial). Pero en realidad,

a) "contra facta, nihil": nada prevalece contra los hechos. Hoy más que hace cien años imperan los mecanismos de exclusión hacia las mayorías empobrecidas del mundo, mecanismos que ahondan el abismo de clamorosa y creciente desigualdad entre pobres y opulentos, entre el Tercer y Primer mundo. Ahora bien ¿cuál es la causa principal de un resultado tan sangrante y explosivo? El único que tiene las riendas reales de la economía, el neoliberalismo, es decir, la ideología y praxis de la derecha. La izquierda sólo participa de la responsabilidad en la medida de su inconsecuencia y pérdida de identidad. Esto es lo alarmante, la creciente nivelación entre izquierda y derecha, no el mantenimiento de su diferencia. Hablar, pues, de antigualla... es una broma pesada.

b) Me apunto al "por los frutos los conoceréis" del Evangelio como criterio de discernimiento. Criterio que, por supuesto, deja al descubierto las vergüenzas de la derecha: ¿qué más nefandos frutos que el sufrimiento y pobreza de la mayoría de la humanidad, resultado de la rapiña de los poderosos? Desde este ángulo, único real, la derecha es radicalmente inmoral e incompatible con el evangelio de Jesús, y su vicio de raíz está igualmente denunciado por el evangelio: "no se puede servir a Dios y a la Riqueza".

4/ La diferencia entre derecha e izquierda... fragmenta la integridad humana, se nos dice, porque uno quisiera adherirse a los valores espirituales del hombre o humanismo cristiano enarbolado por la derecha pero también a la solidaridad proclamada por la izquierda, pero ésta está viciada por el materialismo: insoportable esquizofrenia que fragmenta la integridad humana.

COMENTARIO: Sospecho que esta afirmación constituye la tesis central en el pensamiento de muchos presuntamente moderados. Me resulta curiosa su coincidencia con la valoración eclesiástica tradicional. Lamentable. Es lamentable que la jerarquía eclesiástica -y muchos cristianos por ella modelados- sigan sin enterarse. La izquierda ¿al mismo tiempo solidaria y materialista? Yo creí que la solidaridad jamás podía ser materialista puesto que (vitalmente si no conceptualmente) encarna la verdadera fe en Dios: "¿cuándo TE dimos de comer (nosotros los materialistas y ateos)...? cuando lo hicisteis a uno de esos pobres" (Mt 25).

Los izquierdistas de hoy, cuando menos, no somos más materialistas que lo fue Marx, que tampoco lo fué en el sentido que los viejos manuales de seminario dan al término. Su constatación de una religión "opio del pueblo" -como la de muchos cristianos hoy- le empujó a una interpretación 'materialista' de la historia en el sentido de opuesta al 'idealismo' de Hégel. Por lo demás, hoy, la mayoría de votantes de la izquierda somos cristianos. Y la izquierda inicialmente fué no anticristiana sino anticlerical, con más que sobrada razón. Pero vayamos a lo nuclear

¿Quién diseñó de modo insuperable los cimientos antropológicos y éticos de la derecha? Su fundador A. Smith: la 'mano invisible' del mercado consigue que si cada cual persigue su propio interés lo que resulta es el bien general. Nada más contradictorio y vomitivo: ¡el egoísmo individualista pariendo solidaridad (bien común, altruismo)! ¿Mediante qué fórmula mágica? la mano invisible del mercado. Y ¿quién se lleva el gato al agua en el mercado? evidentemente el más fuerte (la ley de la jungla). Todo el capitalismo, primero, y el neoliberalismo salvaje de hoy no han añadido o corregido un ápice a la declaración programática de A. Smith ¿Cómo es posible que, por notoria que sea su mediocridad mental y espiritual, los prohombres de la derecha y los jerarcas religiosos no caigan en la cuenta de la perversión antropológica, espiritual y evangélica de tal planteamiento aberrante? Es la perversión de la dialéctica persona-sociedad, bien particular-bien común, amor de sí-altruismo...

Se dice que la distinción izquierda-derecha "fragmenta la integridad humana" y que ello instala en la esquizofrenia. Sin duda, es esquizofrenia pura vivir, en una misma persona -¡ténganlo en cuenta los cristianos españoles antes del 14 de marzo!-, vivir, digo, la contradicción egoísmo individualista (derecha) y solidaridad (izquierda). Es cabalmente la esquizofrenia vivida (¿inconscientemente?) por el creyente que dice aceptar el evangelio y vota a la derecha. Esquizofrenia que nos contagian nuestros pastores: el Papa defiende supuestamente a los pobres y da la comunión a su asesino Pinochet; es complaciente con el gobierno genocida de El Salvador y reprende en la visita 'ad limina' al defensor del pueblo masacrado por tal gobierno, el obispo Oscar Romero.

Las ideas comentadas -y confío que rebatidas-, en lugar de ayudar al discernimiento, han vertido más tinta en las aguas ambiguas y oscuras de muchos cristianos.

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ECLESALIA, 12 de marzo de 2004

ATOCHA, 7:30

SANTIAGO RIESCO PÉREZ, jefe de redacción de la revista Humanizar

MADRID.

ECLESALIA 12/03/04.- Atocha, las siete y media. Tiemblan un poco los cristales de la estación del AVE. Mi hermano espera el tren para acudir como abogado a un juicio en Ciudad Real. Por megafonía piden que desalojen el recinto. Al parecer ha estallado un artefacto y puede haber otro. La gente está tranquila, al parecer no hay nada anormal. Yo conduzco por la M-30 oyendo M-80. La información del tráfico avisa de un incidente en Atocha. Decido pasarme a la M-40 para llegar a mi reunión de las 9:00 con el atasco justo.

En Atocha suenan otras dos explosiones. Mi hermano está tranquilo hasta que comienzan a llegar personas asustadas caminando por las vías del tren. Suenan sirenas. Primeros síntomas de caos. La radio confirma un atentado terrorista en la estación del sur madrileño, esa donde quedé por primera vez con mi chica para conversar a la sombra del jardín tropical.

Cambio de emisora y comienzo un zapping radiofónico frenético desde el coche. El atasco de la M-40 se hace insufrible. Pasan ambulancias y coches de policía en todas direcciónes.

Mi hermana y mi cuñado salen a las ocho de su turno de noche. Mi cuñado vive en El Pozo y les llamo por teléfono. Están bien. La familia de mi cuñado ha escuchado el estruendo. La radio sigue anunciando más bombas sin confirmar.

Llego a mi reunión. El móvil no deja de vibrar. Al entrar la cifra de muertos era de 50. Un receso para el café. Me llama un compañero de El Mundo y me dice que son ya 125 según la Audiencia Nacional, que es una locura.

Más reunión, más móvil vibrando. Tengo el estómago encogido. No sé si algún amigo, familiar o conocido está entre la larga lista de afectados. Yo ya estoy afectado.

Acaba la reunión. Cojo el coche para llevar a un compañero al aeropuerto. Es de Burkina y vive en Roma. Oímos la radio por el camino y chapurreamos inglés e italiano para hacerle entender la magnitud de la catástrofe. El destino quiere que pasemos por el IFEMA. Una larga fila de coches fúnebres entra y sale del recinto ferial. Mi compañero de viaje se santigua, yo empiezo a ver borroso a pesar del sol que luce triste sobre mi ciudad.

De nuevo en la redacción. Ya son 189. Mi hermano el pequeño está bien. Los amigos de Salamanca, Valencia, León, Valladolid... media España me llama por teléfono y me manda mensajes para saber que estoy bien. Temo que se me acabe la batería.

Mi correo electrónico comienza a recibir notas de prensa de repulsa. Tengo el estómago cerrado.

Mi amigo Carlos, que hoy presentaba su primer corto en cine en el Palafox de Gran Vía me llama para comunicarme que se ha suspendido el acto, que está hecho una mierda, que no sabe qué va a pasar.

Mi chica, de Bilbao, siente que la gente la mira con recelo. Yo necesito abrazarla. Suena de nuevo el teléfono. Mis padres preocupados. ¿Dónde estás? Respiran.

Las nueve de la noche. Recogo a mi chica y en el coche oímos la radio. Llueven muertos, no hablamos. Llegamos a casa. Encendemos la tele. Nuestros móviles siguen tiritando. Nos abrazamos.

Esta mañana el atasco de la M-30 era un enorme cortejo fúnebre. Un taxi llevaba un crespón negro en la antena. La bandera de Las Ventas ondea a media asta. El teléfono reposa agotado. Me voy a la manifestación. Quiero defender la libertad, quiero gritar con mi presencia, quiero sentirme humano, no perder la dignidad.

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 ECLESALIA, 15 de marzo de 2004

NUEVO DICCIONARIO DE PASTORAL

CASIANO FLORISTÁN, catedrático emérito de teología pastoral

ECLESALIA 15/03/04.- El Nuevo Diccionario de Pastoral, que tuve el encargo de dirigir, fue editado por la Editorial San Pablo en enero de 2003, dentro de su magnífica colección “Diccionarios San Pablo”. Al poco tiempo de su aparición recibió un varapalo increíble de José Rico Pavés, director del Secretariado de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, quien formulaba “diez observaciones serias, cinco metodológicas y cinco doctrinales” que calificaban de negativa esta obra en su conjunto. “En mi ya larga vida de profesor universitario en teología pastoral -nos dice Casiano Floristán, responsable de la obra-, había leído una recensión tan mediocre, pretenciosa y disparatada como la del José Rico. Me mantuve en silencio y dejé que pasase la borrasca y las aguas volvieran a su cauce”. Así ocurrió.

¿Por qué levantó este diccionario una reacción tan furibunda en los medios conservadores? Se acusó al “nuevo diccionario”de no tener aprobación eclesiástica, plantear “nuevas” propuestas que hace años son antiguas, carecer de contenido dogmático, ofrecer “un manifiesto sociopolítico o cultural”, etc. En el fondo molestaba la oferta de una pastoral que tuviese en cuenta la hermenéutica bíblica, la renovación teológica, el desarrollo histórico y la realidad sociocultural, dentro de las nuevas perspectivas cristológicas y eclesiales, imprescindibles en el ejercicio de la vida cristiana, tanto personal como comunitaria.

Asimismo irritó que la obra fuese bien acogida por grupos, comunidades y movimientos eclesiales, dentro y fuera de la parroquia, ávidos de una práctica cristiana más genuina, enraizada en las fuentes del cristianismo y en el compromiso con la realidad social. El nuevo diccionario posee fundamentación bíblica, sensibilidad social, visión global, centralidad cristológica y hondura eclesial. Gracias a la decisión conci­liar de entender la Iglesia como pueblo de Dios en estado de comunidad, al servicio del mundo, en aras del reino, la teología en general, y la teología pastoral en particular, han cobrado una dimensión vital. La relación de la Iglesia con el mundo es fundamental en la comprensión de la teología, enten­dida como teoría crítica y reflexiva de la praxis de la Igle­sia y de los cristianos en la sociedad. A partir del Concilio, la teología se fundamenta en la palabra de Dios, está abierta al diálogo con las teologías protestantes y las grandes religiones, inicia un contacto fecundo con las realidades sociales y centra su reflexión en la vida cristiana.

Esta teología con dimensión pastoral, correspondiente a una espiritualidad misionera, compromisual y testimonial, indaga el sentido cristiano de la vida en los acontecimientos de la existencia, se preocupa en poner de relieve los valores de la persona y su transcendencia frente a cualquier condicionamiento socioeconómi­co o político y relaciona situaciones humanas con el mensaje del Nuevo Testamento. En definitiva, es teología de la existencia humana, dentro de una concepción co­munitaria. Dicho de otro modo, es hermenéutica de la vida teologal, en clave eclesio­lógica, con talante per­sonalista y social.

Tal como se la define hoy, la teología con dimensión pastoral es reflexión sobre la fe en Dios personalmente acogida, comunitariamente vivida y públicamente testimoniada. Vista como experiencia mística, es decir, enraizada en el misterio del Dios de Jesucristo, se entiende como sabiduría global de la vida desde un punto de vista existencial cristiano. Claro está, la fe que analiza la teología renovada pastoralmente es fe en la esperanza, teñida de justicia y caridad, no un mero tener a Dios por verdadero y a Jesucristo como Hijo de Dios. Los teólogos tienen por misión conocer científica y sapiencialmente la Escritura, la tradición y la actualidad social en función de la vida cristiana de los fieles, humana y eclesial.

Las 150 voces contenidas en esta obra, fruto del trabajo de 60 especialistas en las ciencias teológicas, se exponen de forma sencilla, constructiva, rigurosa y fundamentada, con un lenguaje accesible a los no especialistas. En la medida de lo posible, los colaboradores tienen en cuenta un tratamiento interdisciplinar, al incorporar aportaciones de ciencias afines a la teología.

La teología pastoral contenida en este diccionario no es mera consecuencia o corolario de la teología a secas, como si el teólogo dogmático estuviese en un peldaño superior al del pastoralista. Es teología de la praxis, de la acción o de la práctica de la Iglesia y de los cristianos. El punto de arranque es la vivencia personal cristiana, la experiencia comunitaria. No se deduce sino que se induce, en todo caso para deducir después. La razón de la teología pastoral es la “razón práctica”. Sólo de este modo se puede llegar a determinar eso que se llama en este diccionario “pastoral”.

Para más información: Editorial San Pablo editorial@sanpablo-ssp.es

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ECLESALIA, 16 de marzo de 2004

EL IMPERIO, LA CAMPAÑA ELECTORAL, EL 11-M Y EL 11-D
Carta a Monseñor Romero

JON SOBRINO, 15/03/04

SAN SALVADOR (EL SALVADOR).

ECLESALIA 16/03/04.- Querido Monseñor: Veinticuatro años después de tu martirio y doce después de los acuerdos de paz las cosas siguen mal, a veces muy mal. Mucha gente está harta de la injusticia, la corrupción y la mentira. En tiempo de elecciones estamos hartos de la desvergüenza. Y los pobres están hartos de la pobreza y de tener que emigrar.

¿No hay solución, Monseñor? Quiero hablarte de estas cosas con la esperanza de escuchar alguna palabra tuya que traiga luz y ánimo para trabajar.

El imperio

Es lo más grave. La palabra parecía muerta, pero la realidad la ha resucitado. Hoy no basta con hablar de opresión y de capitalismo. Hay que hablar de imperialismo, y de “imperialismo norteamericano”, que, con Bush, se ha hecho inocultable: imponer su poderío sobre todo el planeta, a través de todo, comercio injusto, información mentirosa, guerra cruel e irrespeto impúdico de los derechos humanos.

El imperialismo nos llega con el servilismo político de los gobernantes, pero en el día a día penetra de forma más profunda con la seducción e imposición de la “cultura norteamericana”, the american way of life: el individualismo, como forma suprema de ser y el éxito como verificación última del sentido de la vida, como lo mejor que ha producido la historia. Y a la inversa, comunidad, compasión y servicio son productos culturales secundarios. Insistir en ello no es “políticamente correcto”. La igualdad de la revolución francesa, y nada digamos la fraternidad del evangelio, están obsoletos. De Irak no cuentan los iraquíes, y de Africa no cuenta nada.

Este imperialismo es antievangélico, y por ello para el cristianismo la primera exigencia es combatirlo, proclamar -y vivir- la “cultura de Jesús”. Y como, además, se pretende que comamos, bebamos, cantemos y nos divirtamos, como ocurre en el imperio, hay que defender el “nacionalismo” bien entendido: la defensa de la bondad de la creación de Dios, en diferentes pueblos, tradiciones, culturas y religiones.

El imperialismo, además, nos confronta con otro problema, que es de siempre, pero que hoy se ha acentuado. En Asia y Africa, “cristianismo” ha sido sinónimo de “occidente”, con beneméritas excepciones. Pues bien, en el mundo actual, más de mil millones de seres humanos, los pueblos musulmanes, ven en Bush, a la vez, la expresión de occidente y la expresión del cristianismo. Con ello, la misión, no como proselitismo, sino como diálogo, se hace muy difícil. ¿Quién les convence de que no hay que identificar las dos cosas si el imperio, Bush y su grupo, aparecen orando al Dios de Jesús y desoyen a los cristianos que se les oponen, incluido Juan Pablo II?

Monseñor, tú nos enseñaste a desenmascarar a los ídolos y les pusiste nombre: la absolutización del capital, de la doctrina de la seguridad nacional y también, aunque en sí fuesen buenas, de las organizaciones populares, cuando todo lo subordinaban a ellas. A estos ídolos hay que añadir hoy el del imperio, esa forma de generar víctimas, lenta o violentamente, por imposición irredenta.

Conclusión. “Sólo Dios es Dios”, no lo es ni el césar ni el imperio, como Jesús vino a decir a Pilatos. Equivocarse en eso, en forma creyente o secularizada, tiene gravísimas consecuencias, como lo vemos a diario en el mundo. Bien lo dijiste:

Ningún hombre se conoce mientras no se haya encontrado con Dios. Por eso tenemos tantos ególatras, tantos orgullosos, tantos hombres pagados de sí mismos, adoradores de los falsos dioses. No se han encontrado con el verdadero Dios y por eso no han encontrado su verdadera grandeza (10 de febrero, 1980).

La campaña electoral

La campaña electoral ha mostrado que la política está por los suelos. Muchos gritos y agresiones al adversario, a veces hasta físicos, y pocos argumentos. Muchas promesas y pocos programas y medios de llevarlos a cabo. Entonces nos vienen a la mente unas palabras tuyas: “Oyendo ciertos discursos de estos días de carácter político, yo no encontraba ninguna idea constructiva... Ideas serenas para construir el bien del país” (13 enero, 1980). Y nada digamos de pedir perdón por los errores en el pasado y de propósito de enmienda. Apelar a la austeridad, generosidad e incluso al sacrificio no se hace por no perder votos, pero sin ello no hay solución.

Quizás en muchas de estas cosas no haya muchas diferencias entre los partidos, pero la derecha ha hecho un alarde de desvergüenza que pensábamos superada. No apela a la esperanza -la inmensa reserva de los pobres-, sino al miedo. Dicen: si gana la izquierda volverán los secuestros; los salvadoreños en Estados Unidos no podrán enviar remesas; la educación -así la presentan contradiciendo la realidad- será tan pobre como en Cuba. Del miedo y el terror que produjo su fundador y varios de sus predecesores nada dicen.

Y para un creyente da dolor cómo la derecha mete a Dios en su propaganda. Es hipócrita invocar a Dios como aval del éxito futuro. Es cínico que ese Dios no exija hacer examen de conciencia de quince años de gobierno tan favorable para las minorías en abundancia y tan perjudicial para las mayorías en penuria. Y es indignante -si ganan-, ofrecer a Dios como el gran tesoro para el país sin decir una palabra de cómo era Dios para Jesús.

Y por supuesto, nada dicen de tantos salvadoreños y salvadoreñas, con Monseñor Romero a la cabeza, que se parecieron a Jesús en vida y murieron en cruz como Jesús a manos de ejércitos y escuadrones de la muerte. Nada dicen de ti, Monseñor. En público te silencian, y en privado te siguen teniendo un miedo patológico. Tu palabra les sigue sacudiendo. También les iluminaría, pero no se dejan sacudir ni iluminar. No les queda otra solución que autoengañarse y tergiversarte.

Hablan de Dios, y no les importa nada lo que dicen de él. Qué poco entienden lo que dijiste un 9 de septiembre de 1979: “Si es verdadera palabra de Dios lleva algo explosivo y no muchos la quieren llevar. Si fuera dinamita muerta, ya nadie tendría miedo”. Ni te escucharon ni te escuchan, y por eso hablan de Dios mal y sin pudor. Y ojalá todos tengamos esto en cuenta: los sacerdotes en nuestras homilías, los profesores de teología en nuestras clases, y ciertamente los candidatos en campaña. No se puede manosear a Dios ni quitarle fuerza y vigor. Cuando buscamos votos, dejemos a Dios en paz, y si en serio queremos hablar de él, sobre todo los políticos, anunciémosle como “un Dios de los pobres”.

La contrapartida es que política es “servicio”, y en nuestro mundo tiene que ser servicio a los pobres”. La derecha no sabe nada de eso, en la izquierda puede haber algo más, pero en todos es difícil encontrar una vocación de servicio que supere el egoísmo personal y de partido.

Es sabido que la palabra “política”, puede ser usada en el sentido aristotélico de procurar el bien común en la vida pública, y puede ser usada en el sentido pos-maquiavélico de pugnar por el poder del Estado. En general, lo segundo prima sobre lo primero. Qué extemporáneas suenan hoy las palabras del papa Pío XI: la política es la formas más elevada de la caridad. Y qué chocantes son las palabras de los exegetas cuando dicen que la religión de Jesús estaba centrada en el reino de Dios y pretendía configurar la vida del pueblo; por eso era una religión política. Post-maquiavélicamente, se entiende. Y por cierto, buena falta le hace también a la Iglesia meterse en política en este sentido.

“Si es cristiano no cambie por nada el proyecto del reino de Dios y trate de reflejarlo y ser sal de la tierra y luz del mundo... En las diversas coyunturas políticas lo que interesa es el pueblo pobre” (10 y 17 de febrero, 1980).

El 11-M y el 11-D

Al terminar esta carta ha ocurrido la barbarie de Madrid. Nos queda lejos, pero nos toca muy de cerca. 200 muertos, gente sencilla trabajadora, entre ellos 13 latinoamericanos que se ganaban la vida lejos de sus países. Como cuando lo de las torres de Nueva York, la solidaridad de la gente ha sido ejemplar con los muertos y heridos. En protesta, once millones de españoles se lanzaron a la calle en un espectáculo impresionante de repudio y de solidaridad. Después estalló el escándalo político: del atentado se responsabilizó un grupo islámico en venganza por el apoyo vergonzante del gobierno español a Bush en la guerra de Irak, aun cuando el 90 por ciento de los españoles estaban en contra de la guerra. El gobierno hizo lo posible por ocultarlo, y en otro acto memorable muchos españoles salieron a la calle para protestar por la mentira. El gobierno perdió las elecciones, y los españoles han escrito una bella página de solidaridad con los que sufren y de dignidad ante el poder.

Pero, aunque la urgencia de las cosas lo haga comprensible, todavía falta algo importante que ojalá se haga realidad, sobre todo a nivel europeo. En Europa, aunque sea desde la tragedia, dicen que ya están a la altura de Estados Unidos. Allí, hubo un 11-S, atentado en las torres de Nueva York, y ahora un 11-M, atentado en los trenes de Madrid. Ambas fechas han entrado en la historia universal, pero no así otras. ¿Qué pasa con el 11-S de Chile, con el asesinato de Allende y la masacre en el palacio de la Moneda, tras la cual estaba Estados Unidos? Y sobre todo ¿qué pasa con el 11-D? Ese día, el 11 de diciembre de 1981, alrededor de mil personas fueron asesinadas en El Mozote, divididas en tres grupos: los hombres fueron encerrados en la Iglesia, las mujeres en un casa, y los niños, unos 170, con una edad media de seis años, en otra casa cercana a la de las mujeres, de modo que éstas podían “escuchar” -algunos dicen “reconocer”- el llanto de su hijos cuando les daban muerte. Todas y todos fueron asesinados. Los asesinos eran miembros del batallón Atlacatl, entrenado por los norteamericanos, y el mismo que asesinó a los jesuitas, a Julia Elba y Celina, el 16 de noviembre de 1989.

Pues bien, el mundo, tampoco el mundo occidental democrático, reaccionó. La embajada de Estados Unidos dijo no saber nada de muertos en El Mozote, y cuando los muertos fueron inocultables, dijo que se debió tratar de un enfrentamiento. No hubo reconocimiento de las víctimas y entierro digno, y por supuesto no hubo manifestaciones en contra del terrorismo del batallón Atlacatl, terrorismo de estado, ni pudo haberlo. La televisión -perdónesenos la ironía- no mostró nada. Y salir a la calle a protestar hubiese significado poner en juego la propia vida. Las cosas cambiaron, y años después, sí se ha reconocido y enterrado la masacre. Los familiares los recuerdan -y celebran- todo los años. Y han hecho un sencillo monumento con estas palabras: “Ellos no han muerto. Están con nosotros, con ustedes y con la humanidad entera”. Fechado en El Mozote, 11 de diciembre, de 1991.

Si alguno de los familiares y amigos de las víctimas del 11-M de Madrid lee estas páginas, comprenderá que con ellas nos hacemos muy solidarios de su dolor, porque en El Salvador lo hemos vivido en carne viva. Y les ofrecemos con mucha humildad consuelo, apoyo y también la esperanza del “ellos no han muerto”. Y les pedimos con todo respeto que unan su dolor al de todas las víctimas -más allá de las de Europa y las de Estados Unidos-, las víctimas de Colombia, de El Congo, de Bangladesh...

Los políticos europeos hablan ahora de repensar la “seguridad europea”. Y es comprensible. (Ya dicen que la seguridad de los juegos olímpicos de Atenas estará en manos de la OTAN). Pero Europa tiene otra tarea más importante y más decisiva, para ellos y para todos: repensarse no sólo desde su seguridad amenazada, sino desde la solidaridad con las víctimas de todo el mundo. Más que una Europa unida, proclive al eurocentrismo, es decir, al egoísmo, lo que se necesita es una internacional de todas las víctimas, con su dolor, y de todos los solidarios y solidarias, con su entrega. La internacional de todos los días 11- en cualquier parte del mundo, sobre todo en los lugares en que las víctimas -por hambre y por balas- se cuentan por millones.

De nuevo, mucho dolor, mucho respeto y mucho cariño a las víctimas de Madrid. No se trata de ir mas allá del 11-M, pues cada dolor es inintercambiable, pero sí se puede ubicarlo en el dolor más grande de la familia humana. Y también en su esperanza.

 

Monseñor, todas estas cosas, políticas y humanas, ocurren en Cuaresma. Es tiempo de desierto, lugar de tentación y de reflexión. Y también lugar del encuentro silencioso con Dios. Ahí resuenan sus palabras: “partirás tu pan con el que tiene hambre”. Y hoy resuenan también tus palabras políticas: “Un cristiano que se solidariza con la parte opresora, no es verdadero cristiano” (16 de septiembre, 1979). “Lo que marca para nuestra Iglesia los límites de la dimensión política de la fe es precisamente el mundo de los pobres... Según les vaya a ellos, al pueblo pobre, la Iglesia irá apoyando desde su especificidad de Iglesia, uno u otro proyecto político, apoyar aquello que beneficie al pobre, así como también denunciar todo aquello que sea un mal para el pueblo” (17 de febrero, 1980).

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ECLESALIA, 17 de marzo de 2004

MATERIALES INTERACTIVOS EN INTERNET
PARA EL PROFESORADO DE RELIGIÓN

Son del 'Grupo SM' y están en www.librosvivos.net

EUROPA PRESS, 17/03/04

MADRID.

ECLESALIA 17/03/04.- Ediciones SM pone a partir de hoy materiales interactivos con contenidos multimedia, gratuitos y accesibles a través de Internet, para facilitar la relación y el trabajo del profesorado de Religión con sus alumnos. Esta extensión en la Red del libro del alumno persigue plantear los contenidos de la materia con un lenguaje multimedia más próximo a las inquietudes de las nuevas generaciones.

El objetivo de esta herramienta es resolver el problema con el que se encuentran los docentes de un exceso de información, además de responder a la preocupación del profesorado por encontrar vías motivadoras para atraer y central el interés del alumno.

La iniciativa se enmarca en el proyecto para apoyar la labor docente 'www.librosvivos.net', que ofrece un conjunto de páginas web específicas para cada una de las líneas principales de los libros de texto, con materiales para el alumno y recursos y servicios para el profesor.

El acceso a los materiales es gratuito y el profesor dispone de una zona específica, cuyo uso requiere unas claves de acceso que se entregan al profesor con la Carpeta de Recursos del libro de texto correspondiente. En ella puede encontrar recursos para el aula, asesoría, formación, videoconferencias, etc.

La estrella de los contenidos son los llamados temas clave: unidades didácticas interactivas centradas en el repaso y consolidación de los contenidos básicos. Para ello, el texto es breve, conciso y con un glosario asociado a los términos y conceptos importantes, que se despliega automáticamente junto a la palabra al mover el cursor sobre ella. También se utilizan gráficos animados, actividades interactivas y simulaciones de experiencias.

Asociadas a cada capítulo de un determinado libro existen otras secciones: 'Al día', con noticias, anécdotas e informaciones divertidas, que consiguen motivar; 'Averigua lo que sabes', un test de auto evaluación; 'Paso a paso', con modelos de problemas y ejercicios resueltos, y 'Para saber más', pequeñas investigaciones que utilizan Internet como recurso, pensadas para atender a los alumnos más avanzados.

Además del área de 'Sociedad, Cultura y Religión', 'librosvivos.net' recoge otras áreas de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO): Matemáticas, Ciencias Sociales, Física y Química, Biología y Geología, Lengua y Literatura, Francés, Educación Plástica y Tecnología. Los materiales de Sociedad, Cultura y Religión de 1º de ESO estarán en Internet a partir de hoy, y los de 3º de ESO en septiembre de este año.

Nota de la Redacción: A todos aquellos suscriptores de ECLESALIA interesados en esta noticia les comunicamos que se hace referencia a nuestro informativo en algunas secciones del libro Betania.

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ECLESALIA, 18 de marzo de 2004

DEJARON HOGAR Y FAMILIA

GREGORIO FERNÁNDEZ

VALLADOLID.

ECLESALIA, 18/03/04.- ¡Bienaventurados los que dejaron hogar y familia por la causa de Jesús,
porque sabrán moverse sin dificultad ya que su casa irá con ellos!

¡Bienaventurados los que no tengan hijos e hijas por seguirle,
porque se olvidarán del tiempo dedicado a sus pequeños para que todos tengan su tiempo!

¡Bienaventurados los célibes,
porque su renuncia del amor en pareja les dejará todas las horas para el servicio en el pueblo de Dios!

¡Bienaventurados sean cuando sean así y sea así su vocación aunque por ello sufran incomprensiones y habladurías,
porque ellos estarán construyendo el reino de Dios y su justicia!

Pero ¡ay de aquellos que acumulan casas que les “atiendan” a escondidas de la gente;
más les valdría salir a la luz y vivir y dejar vivir en paz!

¡Ay de los que dediquen su tiempo a medrar y subir en el escalafón artificial de jerarquías y honores,
caerán en la cuenta de que no les sirvió de nada cuando sólo les examinen del amor!

¡Ay de aquellos que se llaman castos y renuncian a toda clase de amor y el odio y la inquina anidan en su corazón;
su cumplimiento de las normas y leyes está seco!

¡Ay de aquellos que crean vivir su célibe vocación como un estado superior,
llegará el día en que quedarán desnudos y sus instituciones serán polvo y vacío!

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ECLESALIA, 23 de marzo de 2004

'ORAR DESDE EL ARTE'

Ponencia presentada en el Forum “Jóvenes, religiosidad y Evangelio”

JOSEP MASCARÓ, Delegación de CS Salesiana

BARCELONA

ECLESALIA 23/03/04.- Dentro del marco del forum “Jóvenes, religiosidad y evangelio” que organiza el Instituto Superior de Ciencias Religiosas Don Bosco, de Barcelona se ha presentado la sexta conferencia del ciclo. Esta vez ha correspondido a Siro López, teólogo y artista plástico que ha presentado el tema “orar desde el arte”.

El arte y la oración procedentes del “rito”

Somos concientes de que la fe necesita expresarse y su expresión es multiforme. Una de esas manifestaciones que invitan a contemplar la belleza es el arte. Cada momento de la historia, según sus características concretas y los acontecimientos relacionados con la vida, expresaba su fe de forma concreta y explícita. Podríamos decir que la historia del cristianismo y del progreso de la reflexión teológica han quedado plasmados en unas obras de arte.  En su tiempo esas manifestaciones artísticas se expresaban con la pintura, la escultura, la música... Más recientemente habrá que añadir a esas formas tradicionales las que aportan una nueva cultura moderna.

De todas maneras, aunque la Iglesia no tiene un arte propio, estábamos acostumbrados –apuntaba Siro– a un arte eminentemente “ritual”, tradicional que a los cristianos les invitaba a contemplar, a reflexionar y a rezar. Esta expresión artística la calificaba como “muy definida, ordenada, permanente, con un espacio acotado, que infunde seguridad y que se enmarca en estructuras de poder”. Preferentemente este arte se conservaba encerrado en las iglesias, los monasterios, y en sus dependencias. Y ante estas imágenes artísticas el cristiano era invitado a la contemplación y a la oración.

El arte-oración de las “bienaventuranzas”

Pero a este arte se le añaden hoy otras muchas posibilidades, que invitan también a la contemplación y a la oración, a partir de nuevas propuestas que ofrecen la fotografía, el vídeo, el cine y los medios informáticos. Ciertamente que estos “nuevos iconos” para expresar la belleza tienen hoy mucha más entrada en los jóvenes de esta sociedad y amplían el ámbito de la contemplación, de la plegaria y del compromiso. No basta presentar el arte del pasado.  Necesitan los jóvenes y el hombre de hoy nuevos espacios de oración. De ahí que hay que abrir las ventanas a las expresiones del arte que se están produciendo en el presente. Un arte que queda caracterizado – señala Siro – por ser “un proceso de búsqueda, es aparentemente desordenado pero creativo, encerrado en espacios abiertos, pero que puede ser signo de contradicción…” De alguna manera se puede decir que es el arte de las “bienaventuranzas”, es decir, el que no encaja con la lógica de este mundo, que es interpelación y que aparece como antisistema. Posiblemente – por poner unos ejemplos - hoy no interpela tanto la lepra bíblica como puede hacerlo el sida de los hermanos; o la lectura que hoy se puede hacer de la parábola del samaritano puede manifestarse con la crudeza de la situación del inmigrante en nuestras tierras. De ahí el reto para que el arte que invita a la oración  se abra también a situaciones que comprometen; debe ser un arte que ayude a “humanizar nuestra oración a Dios”. La vida de cada día no puede olvidarse ni aparecer adormecida.

Siro acabó la ponencia con la proyección de diversas obras de arte actual que él mismo había realizado para concretar lo que podría parecer pura teoría, proponiendo elementos de admiración a partir de cosas sencillas, habituales, desechadas , recogidas, algunas de ellas, de la calle y tratadas con elementos religiosos y humanizadores.

La conferencia entera será recogida, como las anteriores, y publicada posteriormente en la revista número 3 de “Jóvenes y Evangelio: Propuestas de Pastoral de Juventud”.

Para más información: josep.mascaro@salesians.info

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ECLESALIA, 24 de marzo de 2004

Lucas 18,9-14
FARISEOS Y PUBLICANOS

Dijo Jesús: dos hombres oraban en el templo

MARI PATXI AYERRA

MADRID.

ECLESALIA 24/03/04.- Uno de ellos decía:

Te doy gracias, Señor, porque no soy como ellos, porque yo no fardo, ni soy un mandón, ni trato a la gente con prepotencia. Te doy gracias porque yo dialogo con la gente antes de comenzar un trabajo, porque soy democrático, porque creo relaciones de igualdad. Te doy gracias, Señor, porque no soy estirado, ni prepotente, por que no me importa nada ocupar los primeros puestos, porque no me molesta que no me reconozcan…

Te doy gracias porque no me interesa las cosas de la gente, no soy cotillo, no me meto en las cosas de nadie y, si no me las cuentan, procuro no enterarme de la vida de nadie, más que de lo que los otros quieran que sepa, y siempre sin preguntar mucho. Te doy gracias porque soy educado, correcto y adecuado.

Te doy gracias por que no me enfado, no grito, no soy violento. No soy dictador ni impositivo y siempre estoy más cerca de los de abajo…

Te doy gracias porque me has hecho sencillo y me enfurezco cada vez que otros usan mal el poder y no hacen las cosas como está claro que se deben hacer.

Te doy gracias porque me sugieres el camino correcto y no cometo tantos errores como cometen los de mi alrededor, sobre todo los de mi institución, los poderosos, los que manejan el cotarro.

Te doy gracias porque me has dado unas formas discretas, no llamo la atención, no me salgo de lo que se espera de mí y me adapto a la mayoría sin estridencias. No soy como esos que hacen lo que les viene en gana, inoportunos, horteras, malas pintas, incorrectos o inadecuados…

Te doy gracias, Padre, por mi mesura en tantos aspectos de mi vida, en el comer, en el beber, en el consumir… en el sexo, en el ocio, en el amor.

Te doy gracias Padre, porque no veo telebasura, porque no soy como esos otros que se tragan cualquier cosa, que se divierten de cualquier manera, que les valen todos los programas y películas.

Te doy gracias, Padre, por mi interés por la cultura, porque me has hecho selectivo y no leo cualquier cosa, por mi desconocimiento de los libros que leen la mayoría, las películas que ve todo el mundo y la televisión que no frecuento.

Te doy gracias, porque me has hecho selecto, no me junto con cualquiera, no puedo estar con todo el mundo, porque la gente es frívola, consumista, vacía, incoherente, radical, chabacana…

Te doy gracias, Padre, por que has puesto en mí una exquisitez que me hace alejarme de los que no me mantienen puro, inmaculado, interesante, intelectual, superior…

Te doy gracias por que se me nota enseguida que soy distinto y me has dado la sabiduría de mantenerme así.

 

Otro, en cambio, situado atrás decía:

¡Oh Dios!, ten compasión de mí, que estoy lleno de incoherencias, que quiero y no puedo,

me propongo y no llego, digo que voy a hacer y tantas veces fallo.

Ten compasión de mí que me comparo, que no hago florecer todo lo que tú has puesto dentro de mí.

Perdona que no saque bastante tiempo para disfrutar de tu amor, distraído siempre en mil cosas.

Siento que la tarea sea muchas veces más importante que el afecto,

que la prisa y la eficacia la anteponga a la persona, que los agobios me aparten de la felicidad.

Me gustaría no resentirme por lo que hacen otros y dejar a cada uno actuar como crea.

Enséñame a decir el amor, sugiéreme el gesto y la palabra oportuna, que no se me quede nada dentro.

Quisiera no juzgar a nadie, que la queja no gaste mis energías ni desanime a nadie.

Desearía, y no consigo, tener más sitio en mi corazón y más memoria en mi cabeza

para que me quepan todo lo que les ocupa y preocupa a mis hermanos los hombres.

Tú me invitas a vivir pobre, libre de todo tipo de ataduras, prestigios y prejuicios.

Y sabes bien que quiero vivir a tu manera, pero ¡no hay manera! Siempre vuelvo a las mías.

Ten compasión de mi fragilidad, sigue invitándome a tener Vida en abundancia.

Empújame a perdonar y perdonarme las 70 veces 7 que nos hacemos daño.

Envuélveme en tu amnesia para que no recuerde nada del daño que me hizo alguien.

Y gracias porque me has enseñado estas cosas a mí, que soy poco sabio,

nada espabilado, menos lucido y adecuado que otros.

Yo soy pequeño, frágil e incoherente, pero ¡contigo todo lo puedo, Señor!

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Vida Nueva, Nº 2.418, 27 de marzo de 2004

Enfoque

LA IGLESIA Y SUS PROBLEMAS

JOSÉ IGNACIO CALLEJA, Profesor de Teología

Vida Nueva, 27/03/04.- Desde hace tiempo no pasa un día sin que la Iglesia Católica sea noticia en los medios de comunicación. Ahora es la pederastia, asunto grave donde los haya y sin parangón, y más tarde la moral matrimonial; hoy es una novela sobre la supuesta manipulación eclesiástica de la Biblia y, mañana, una película sobre la vida de Cristo; por aquí se pone en solfa la enseñanza religiosa en la escuela y, por allí, se concluye que los jóvenes le dan la espalda a la Iglesia; ahora se habla del nacionalismo de ciertos curas y, luego, que si la Conferencia Episcopal prepara un pronunciamiento sobre la unidad de España. La relación de hechos es más que preocupante; en realidad, abruma.

En esta situación, cabe un primer intento de respuesta que podemos denominar la “condena del mensajero”. Como todo el mundo sabe, consiste en decir que la noticia no está bien contada, que requiere otros matices, que habría que tener más datos, que cada hecho es un mundo aparte, etc. Todos sabemos que algo de esto es cierto. Si alguna vez, quien lea estas líneas, ha sido protagonista de algún hecho contado por otros, verá cómo le cuesta reconocerse en todos los detalles de la noticia; y, a veces, ni en los detalles ni en la sustancia. ¡Contar es interpretar y hacerlo bien tiene mucho mérito!

Otro intento de respuesta es callar, dejar pasar el tiempo. La verdad es que suele dar un resultado bastante bueno. El silencio, mal que le pese a muchos, es muy eficaz y no pocas veces es de sabios. La Iglesia sabe de esto más que nadie. Callar, esperar, serenar los ánimos y ordenar. Tiene algo de “estilo florentino”; de “refinada picardía”, dicen algunos. Es posible. Son dos mil años de experiencia e, institucionalmente, por lo que atañe a sobrevivir, no ha dado malos resultados. ¿Hasta cuándo nos servirá? Moralmente, es una actitud muy peligrosa: te acostumbras a caminar entre la niebla y se te entristece el alma. Además, en sus consecuencias públicas, el tiempo apremia y cada vez el margen de maniobra es menor. El gigante eclesiástico tiene los pies de barro. ¡Lo siento, no lo oculto!, pero ¿callaremos por esto?

La Secularización

¡Cuidado!, - se oye por doquier -, ¡hay un dato nuevo! La secularización en sus formas extremas, el secularismo y el laicismo, está llegando a su fin. ¿Qué diremos? A mi juicio, es una buena noticia para todos; también para la modernidad. Estoy de acuerdo con los que opinan que nuestro mundo se ha secularizado, pero que no siempre es laico, sino laico, a veces, laicista otras, y seudo-religioso, las más. Hay demasiados “dioses” menores haciéndose un hueco en el corazón de un mundo global y, a la vez, hecho añicos. No es contradictorio. Algo nos hace sentirnos descosidos por dentro y por fuera. Nos horroriza con razón vivir a la intemperie y un instinto irresistible nos empuja a buscar el sentido en algo más consistente que nosotros. Pero, ¿el hartazgo racionalista y la descohesión social van a ser la secreta esperanza del cristianismo del futuro?

Hay otros intentos de repuesta más creativos y originales. Me he propuesto un texto breve, casi una carta. Sueño con el cristianismo que hace una transición, elegida y amada, desde la cristiandad arrancada a jirones, y todavía añorada, a la comunidad de fe, a las comunidades donde prima la memoria de Jesús en la forma precisa en que Él fue Mesías, “Cristo de Dios”. Por tanto, desde la confianza y la libertad, desde la acogida y el acompañamiento, desde la gratuidad y la justicia, desde el samaritanismo como modo de ser, pensar, hablar y actuar. Se trata de recuperar la pregunta más radical de la fe cristiana y desde ella pensarse y “actuarse”: ¿quién está necesitado de mí para que yo me haga su prójimo?, ¿quién es tan débil que su dignidad misma me reclama?, ¿quién añora un espacio religioso donde beber el agua de la Vida, con-vivir en el Espíritu y dejar vivir con dignidad y justicia?

Tardocristianismo

La memoria de Jesús es una experiencia, en suma, que ha de estallar como fraternidad de los iguales en dignidad, como buena noticia ofrecida a la libertad de todos, como justicia y solidaridad amasadas junto a los más débiles de la tierra, como “espíritu” de la convivencia organizada de los suyos. La memoria de Jesús, por tanto, ha de dejar en la cuneta de la historia, de forma elegida y gustosa, prudente pero inequívoca y firme, un tardocristianismo organizado a imitación de los Estados; a remolque de pretensiones públicas nada realistas y, cristianamente hablando, harto discutibles; y confiado, erróneamente a mi juicio, en tener sus opciones cuando el secularismo racionalista muera de éxito. 

Algunas noticias eclesiales que a diario nos abruman, como las recogidas al principio, no dejarán de serlo. La Iglesia es y será una comunidad de pecadores. ¡Y lo mediático es tan banal! Pero el propósito de enmienda debe indagar más allá del individuo y sus pecados, y discernir con coraje qué significa “Jesús es el Señor” para esta Iglesia, primero para esta Iglesia; y, por supuesto, también para unas sociedades poco dadas a la condescendencia con el argumento del mesianismo samaritano.

No descubro nada, pero conviene repetirlo, ahora que no está de moda.

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ECLESALIA, 29 de marzo de 2004

FUNERAL EN LA ALMUDENA
Carta a Antonio María Rouco, obispo de Madrid

MARI PATXI AYERRA, 24 de marzo de 2004

MADRID.

ECLESALIA, 29/03/04.- Sr. Cardenal Arzobispo de Madrid y demás autoridades eclesiales:

Como cristiana que he visto en los diferentes telediarios parte del funeral que hoy se ha celebrado en la Catedral de la Almudena, por las víctimas del atentado del 11 de marzo, quisiera hacer un pequeño comentario parcial del acto, ya que he oído algunas palabras de su homilía que me han gustado mucho, pero después solamente he visto la terminación de la eucaristía y la despedida.

Vengo de una reunión de catequesis de padres y ha sido el tema de conversación la gran calidad humana de la familia real, la cercanía y la capacidad de acompañamiento y comunicación que han demostrado hacia todas las personas que estaban allí sufriendo. Por otro lado, a todos nos ha sorprendido verle a vd. parado en el pasillo, agarrado a su báculo sin acercarse lo más mínimo a todas esas personas doloridas que estaban a unos metros de su presencia. Y lo mismo hemos sentido con el resto de celebrantes, tan solemnemente vestidos como lejanamente comportados.

La celebración sonaba a solemne, liturgia en latín, vestiduras principescas, padrenuestro sin darse la mano y sin poder gritarlo en castellano, hoy que era más necesario que nunca, sentir la cercanía de los hermanos y el amor del Padre… (Así me lo ha comentado la esposa de una de las víctimas). Hoy era un momento especial en el que podría haber en ese templo creyentes, ateos y alérgicos. Y por eso había que cuidar especialmente esa celebración para que todos ellos, a los que les sangra el alma, supieran que tienen un Padre que les quiere, que no están solos, que llora con ellos, como ha llorado Madrid, España y el mundo entero, pero que todos sus familiares están disfrutando ya de esa felicidad que proporciona el encuentro con el Padre, de ese sosiego que todos andamos buscando.

Todos esperábamos, confiábamos, que desde la religión partiera ese gesto de hermanamiento interreligioso, intercultural que la cruda realidad nos había ya impuesto con la matanza generalizada sin distinción de razas, religiones, edades y sexos.  Esperábamos un gesto ecuménico, conciliador para un mundo que comienza a vivir las religiones como motivo de enfrentamiento, violencia y muerte. Una ceremonia algo compartida por todos los representantes religiosos, que aunara aquello que de verdad importa: la esperanza en que la vida tiene sentido, el amor que nos construye y da vida, y la fe como posibilidad ofrecida para que los caminos no se cierren.

Bueno, no soy quien para decir qué habría que decir en esos momentos pues soy una cristianilla de a pié que apenas sabe nada de estas cosas, sólo que he sentido que haya sido la eucaristía más solemne que cálida, más ceremoniosa que afectiva y las autoridades eclesiales más vestidas con trajes que marcan distancia y poderío que con cercanía y calidez para provocar encuentros con tantas personas como había hoy en la Almudena.

No lo sé explicar bien, pero para mí que hoy los reyes se han bajado del trono a tocar a la gente, a llorar su dolor y a mí, como cristiana, me ha sorprendido que los príncipes de la iglesia no han soltado el báculo, ni la tiara, ni la distancia entre la sacristía y los bancos de la gente…

Mi carta es una osadía, no entiendo nada de protocolos y poco de liturgias, pero sé lo que es celebrar una eucaristía cercana, humanizada con detalles de vida y dando más importancia a los familiares de las víctimas que a las autoridades civiles y eclesiales. Me imagino que si Jesús hubiera estado ahí se las habría ingeniado para crear un clima familiar y, sobre todo de igualdad.

Perdone mi atrevimiento, escribo esta carta por si le da pistas para reflexionar algo para otra ocasión. Que esta Pascua Dios le resucite el brío por ser buena noticia para todos los madrileños y le sugiera el gesto y la palabra oportuna en cada momento. Y mientras, que en su periodo cardenalicio, Dios le lleve siempre en la palma de su mano.

Un saludo, Mari Patxi Ayerra 

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ECLESALIA, 30 de marzo de 2004

A PROPÓSITO DE LA PELÍCULA ‘LA PASIÓN’

Apuntes desde el libro ‘Por eso lo mataron’

JUAN JOSÉ TAMAYO, teólogo, director de la Cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones Ignacio Ellacuría de la Universidad Carlos III de Madrid y secretario general de la Asociación de Teólogos y Teólogas Juan XXIII

MADRID.

ECLESALIA, 30/03/04.- Hace seis años escribí el volumen 5 de la Colección "Hacia la Comunidad", bajo el título Por eso lo mataron. El horizonte ético de Jesús de Nazaret. Seis años después aparece la segunda edición corregida y revisada, coincidiendo precisamente con la polémica que ha levantado la película de Mel Gibson "La Pasión", que, según su propia confesión, "fue como una especie de mandato divino" y responde a la necesidad de "unir el sacrificio de la cruz con el del altar".  Ambas observaciones revelan la falta de objetividad con que Gibson ha acometido el film, el nivel providencialista e iluminado en que se sitúa y el consiguiente desenfoque con que trata cuestiones tan complejas y espinosas como el proceso de Jesús, su condena a muerte y su crucifixión.

La película ha sido elogiada por las autoridades del Vaticano y se encuentra ya en la videoteca personal de Juan Pablo II. La Iglesia Católica, la Iglesia Protestante y la Comunidad Judía de Alemania, empero, han denunciado la violencia que rezuma el film y la nueva ola de antisemitismo que puede despertar en Europa. Todo ello pretende fundamentarlo Gibson en los textos evangélicos, que ciertamente lee con prejuicios antijudíos y sin recurrir a la mediación hermenéutica, cayendo en un fundamentalismo falseador de los hechos.

Mi libro Por eso lo mataron intenta desenmascarar esos prejuicios, todavía muy presentes en el imaginario de no pocos cristianos y cristianas. Voy a exponer muy en síntesis las ideas fundamentales del libro.

De Jesús de Nazaret nadie habla mal. La religión o las religiones han sido siempre objeto de crítica, y muy especialmente a partir de la modernidad. De ellas se ha dicho que fomentan la superstición, el fanatismo y la intolerancia. A Dios o a los dioses y las diosas también les han llovido críticas por doquier. Unas veces se les ha negado la existencia escuetamente por entender que carece de base empírica. Otras se ha atribuido el origen de los dioses al miedo, a la necesidad de consuelo y de protección frente a la naturaleza ciega o a las amenazas de nuestros congéneres.

La crítica toca de lleno en su línea de flotación a las instituciones religiosas que dicen defender los derechos e intereses de la divinidad. A ellas se les ha acusado de pervertir el mensaje auténtico de los fundadores, de alienar psicológicamente a sus adeptos, de generar sentimientos de culpabilidad, de imponer sumisión, etc.

Jesús de Nazaret, sin embargo, se salva de todas las críticas, o de casi todas. Sobre él hay una especie de consenso. Todo el mundo habla bien de él y coincide en reconocer sus valores y cualidades: la gente de dentro y de fuera. Rafael de Andrés ha dejado constancia de ello en un bellísimo libro que recoge mil opiniones sobre Jesús de Nazaret de diferentes personalidades: filósofos, teólogos, artistas, personalidades religiosas, poetas, novelistas, científicos, santos, santas, directores de cine, mártires, papas, obispos, sacerdotes, etc. Son personas de diferentes religiones, e incluso no creyentes, agnósticos, ateos…

Escribe Gandhi: "El espíritu del sermón de la montaña ejerce en mí casi la misma fascinación que la Bhagavad Gita. Ese sermón es el origen de mi afecto por Jesús". Afirma el escritor Albert Camus: "Yo no creo en su resurrección, pero no ocultaré la emoción que siento ante Cristo y su enseñanza. Ante Él y ante su historia no experimento más que respeto y veneración". Observa la filósofa Simone Weil: "Antes de ser Cristo, es la verdad. Si nos desviamos de él para ir hacia la verdad, no andaremos un gran trecho sin caer en sus brazos". J.-J. Rousseau, filósofo cristiano ilustrado confesaba: "Si la vida y la muerte de Sócrates son las de un sabio, la vida y la muerte de Jesús son las de un Dios".

Yo también me cuento, modestamente, entre los admiradores de Jesús de Nazaret y coincido con el testimonio de Laín Entralgo quien, en la presentación de su libro El problema de ser cristiano aseveraba: "El nervio central de la conducta cristiana no es la imitación de Cristo, entre otras razones porque Cristo es inimitable. Lo propio del cristianismo es el seguimiento de Cristo desde y con la propia vida".

El lugar de convergencia de los diferentes testimonios laudatorios hacia Jesús es su actitud ética, su praxis liberadora, su compromiso con las personas y grupos más desprotegidos, su defensa de las causas perdidas, su ser persona en radicalidad, su estilo de vida libre y desprendido, su mensaje humanitario, su actitud solidaria con el prójimo necesitado. Todo el mundo coincide en que Jesús fue una persona éticamente intachable. Es esta dimensión ética, preterida por las cristologías dogmáticas, la que quiero explicitar en la presente obra, analizando con el mayor rigor posible las principales fuentes y tradiciones de los evangelios, preferentemente los sinópticos.

La obra Por eso lo mataron comienza con un estudio detallado sobre algunas de las principales fuentes históricas no bíblicas para el conocimiento de Jesús de Nazaret. No pretendo con ello ofrecer un "adosado" de datos sin más. Lo que me importa es hacer una interpretación de los datos en función de la búsqueda del Jesús histórico, que es la condición necesaria de toda cristología no mitológica, sino históricamente significativa. En el capítulo primero analizo los distintos testimonios de los historiadores judíos y romanos sobre Jesús de Nazaret y me aproximo a los documentos de Qumrán y de Nag Hammadi para un mejor conocimiento del contexto cultural y religioso.

El capítulo segundo se centra en el peculiar género literario de los "evangelios" bajo la pregunta: "Los evangelios, ¿biografías de Jesús, ciencia-ficción o testimonios de fe?". La intención es seguir los pasos de la investigación sobre los evangelios desde el consenso primero en torno a su historicidad hasta los más recientes estudios de antropología cultural, historia social y sociología del Nuevo Testamento y del cristianismo primitivo.  

El capítulo tercero analiza una de los rasgos que definen la personalidad de Jesús de Nazaret: su libertad frente a las autoridades religiosas, a quienes acusa de hipócritas; frente a las autoridades políticas, a quienes acusa de dominar a la gente como señores absolutos; frente  a los poderes económicos, declarando la incompatibilidad entre Dios y el Dinero. Pero la libertad de Jesús no es narcisista, es decir, no empieza y termina en quien la disfruta. Es una libertad que genera una corriente de liberación en su entorno, tanto en las personas como en las estructuras; una liberación que se traduce en prácticas concretas, como la comida con pecadores y publicanos, el perdón de los pecados, la curación de las enfermedades, la liberación del poder del mal, la incorporación de los paganos en el Reino de Dios y la incorporación de las mujeres en su movimiento, donde recuperan su dignidad y su libertad. De dichas prácticas trata extensamente el capítulo cuarto.

El capítulo quinto y último, que es el central para el tema que aquí nos ocupa, está dedicado a la muerte de Jesús, analizada primero en su perspectiva histórica y, posteriormente, en su perspectiva teológica. La perspectiva histórica constituye la base de la teológica. De lo contrario caeríamos en una mistificación o falseamiento de los datos históricos. La muerte de Jesús de Nazaret no es voluntad de Dios, sino consecuencia de su existencia libre y de su forma liberadora de actuar, de su actitud transgresora y de su permanente actitud conflictiva frente a las autoridades religiosas y políticas. Nada tuvo que ver el pueblo en su condena y posterior ejecución. La decisión de ejecutar a Jesús es de la autoridad política, concretamente de Pilato, suprema autoridad judicial de la provincia de Judea, aun cuando algunos relatos evangélicos lo presenten como una persona insegura que parece no atreverse a tomar decisiones, y carguen todo el peso de la responsabilidad sobre la gente, sobre sus compatriotas los judíos. Según el testimonio de los historiadores, Pilato nada tenía de persona dubitativo; fue un gobernante duro e inmisericorde, inflexible y obstinado, violento y cruel, represivo y depravado, arbitrario e insolente. Así lo atestiguan Filón y Flavio Josefo. Pilato condena a Jesús por motivos políticos, en concreto, por poner en peligro el orden público, por sedicioso. Según el prestigioso biblista alemán Jürgen Roloff, Pilato aprovechó gustoso la posibilidad de calmar con un acto intimidatorio la tensión que reinaba en Jerusalén durante la Pascua. Sólo más tarde la tendencia antijudía del relato cristiano de la pasión llevó a pensar que Pilato fuera un indeciso escrupuloso que quería dejar libre a Jesús pero se vio  presionado por la multitud que le pedía liberar a Barrabás y ejecutar a Jesús.

Parece dudoso que las autoridades judías emitiesen contra Jesús una sentencia de condena, pues, según Simon Légasse, autor de uno de los estudios más sólidos sobre el tema,  "pues el relato que la menciona (Mc 14,14; par Mt 26,66, es… una excrecencia de origen cristiano elaborada a partir de una sentencia informal en la residencia de Anás, que no tenía personalmente ningún poder judicial".   

Jesús fue condenado a muerte por Pilato. En este punto el testimonio del Nuevo Testamento coincide con el del historiador romano Tácito que, cuando narra la persecución de los cristianos bajo Nerón, dice que el nombre de "cristianos" "procede de Cristo, que, bajo el principado de Tiberio, había sido entregado al suplicio por el procurador Poncio Pilato". Otro dato incontestable sobre la responsabilidad de la autoridad romana en la muerte de Jesús es que la forma de ejecución muerte fue la crucifixión, suplicio que entonces no era judío, sino romano.

Creo que merece la pena conocer estos datos para valorar críticamente la película de Mel Gibson.

Tamayo Acosta, Juan José. Por eso lo mataron. El horizonte ético De Jesús de Nazaret. Trotta. Madrid, 2004, 2ª ed. revisada.  http://www.trotta.es

Para más información: jjtamayo@terra.es 

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