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Entrevista - Nº 6 - Abril 2003

  "En esto
   conocerán
   todos que sois
   mis discípulos,
   en que os amáis
   unos a otros."

          
Juan 13, 35

 

"La ley de extranjería es inhumana.
Me duele que España sea tan roñosa"

Entrevista a Pedro Casaldáliga, Obispo de Félix do Araguaia (Brasil)

CARME ESCALES

El Periódico, 21 de julio de 2002

Denunció la esclavitud en Brasil y es la voz de quienes hoy, en pleno siglo XXI, aún sueñan con un pedazo de tierra. El año que viene se jubila y, si la salud se lo permite, pretende irse al África negra.

EDAD: 74 AÑOS
LUGAR DE NACIMIENTO

--¿De dónde aflora tanta violencia en el mundo?

--El problema es fundamentalmente social. Yo sé que los conservadores, los capitalistas, se exasperan cuando insistimos en que la raíz de la inseguridad es la gran desigualdad. A muchos de ellos les gustaría que se dijera que es un problema de perversidad humana, que algunas personas nacen perversas, diabólicas, y que el único modo de curarlas es la cárcel, prisiones, policía y cadena perpetua. No se atreven a decir pena de muerte porque ya suena mal, pero, en el fondo, se les conoce en la cara que quisieran la pena de muerte. Quizás sienten nostalgia de la política social de EEUU.

--¿Cómo se deshace el abismo entre ricos y pobres?

--No soy ningún especialista, pero me parece de sentido común que si no hay algún tipo de socialización de la tierra, en el campo y en la ciudad, en la educación, en la salud y en la comunicación, no habrá paz. Vendrán esos desequilibrios en cada localidad, en cada país y en todo el mundo. Y seguirán existiendo dos mundos.

--Con tantas ONG en el planeta, ¿es más posible ese otro mundo al que se refiere?

--No sólo posible. Es necesario. Porque es una cuestión de vida o muerte, de exclusión o de inclusión, de humillación o de dignidad, de violencia o de paz. Por tanto, necesario y urgente. La humanidad no está pidiendo barnices, sino un cambio radical. Pide igualdad de derechos en las personas y en los pueblos, la socialización de bienes fundamentales y espíritu ecológico. Eso ya está apareciendo en la piel de la humanidad como una nueva sensibilidad. Hay voluntad de cambio, muy dispar, pero clara. El lema del Foro Social Mundial fue una bofetada al mundo del pensamiento único, el único mundo posible en el capitalismo neoliberal.

--Desde el 11-S, el mundo parece estar dividido por religiones.

--Es muy fácil y simplista presentar la problemática de Oriente Próximo o del mundo árabe como un problema de cultura, de fundamentalismo religioso o fanatismo islámico. Se quiere esconder el interés del petróleo. Varios especialistas, analistas de EEUU, gringos!!!, han publicado la verdadera intención de la ocupación de Afganistán, por ejemplo. Se trata de hacer un oleoducto y no simplemente de pescar en el mar Arábigo.

--Pero hay escuelas donde un velo puede provocar un conflicto.

--Hoy en día, con la mundialización, que lo es también de contactos, de intercambios, de viajes y migraciones, las culturas se encuentran y a veces, chocan. Es un desafío. Cargamos con una cultura de prejuicios. La educación ha de estar en la escuela, pero debería estar también en la familia y en los medios de comunicación. Aquí en Brasil, aunque hay todavía mucha discriminación con respecto al mundo negro, al indígena, se han instituido algunas leyes y hoy el negro y la negra se sienten orgullosos de su negritud. El calendario afroindígena, por ejemplo, se exhibe como una gloria.

--¿Qué piensa de la ley de extranjería española?

--Es una de las leyes más inhumanas. Sé que me dirán que por debajo de la problemática de la emigración está la economía, el paro de los nacionales. Pero hemos de llegar a la conclusión de que el mundo es uno y es para todos, y que no podemos exigir privilegios. El mundo no puede continuar con un 10% de privilegiados y un 90% de excluídos. O cabemos todos, o no va a caber nadie. Me duele muchísimo que España, un conglomerado de pueblos, históricamente un pasadizo de civilizaciones y culturas, de sangres mezcladas, me duele que España sea tan roñosa con las leyes de extranjería. Y me resulta muy antipático Aznar como político. Me parece raquítico de espíritu, además de sirviente y adulador del imperio y con mucha falta de la famosa hidalguía española, ¿dónde está?

--¿Cree que a los países de los emigrantes les importan ellos?

--No, porque no son políticos que estén interesados en sus pueblos, están interesados en sus bolsos, tienen el corazón allí donde tienen los dólares, o los euros ahora, tienen el corazón en Suiza, por ejemplo, o en alguno de esos paraísos fiscales.

--En tiempos globales y con sus 35 años de apoyo al pueblo indígena, ¿qué futuro vislumbra para ellos?

--Su futuro se tiene que ver como un problema y, a la vez, como una riqueza mundial. Hay indígenas en todo el mundo. Se tiene que ver de forma continental, por ejemplo los indios de América, y como una complementariedad. Son pueblos diferentes, con su riqueza y limitaciones, como todos los pueblos humanos. Hay que posibilitar su identidad, su alteridad, su autonomía y que los miremos de tú a tú, y no de arriba a abajo.

--El equipo de salud de Sao Félix cuenta que cada vez hay más promiscuidad entre indígenas y no indígenas.

Sí, al fin y al cabo, las culturas son dinámicas y los pueblos se entrecruzan. España mismo es una plataforma intercultural fabulosa, como toda Europa. No se trata de mantener a los pueblos indígenas aislados, sino de respetar sus derechos. La mayoría de pueblos indígenas de Amé- rica Latina no quieren la independencia, no tienen ningún inconveniente en estar dentro del Estado de Brasil, pero con su tierra, su cultura y su autonomía.

Pero, en nombre del progreso, ¿no cree que la globalización les quitará sus tatuajes, sus ritos y su esencia?

No, porque está visto que, cuanto más se globaliza el mundo, más se aferran las identidades. La humanidad tiene necesidad de vivir con los pies en el suelo, no perder las raíces. Cuanto más se pretende una macrocultura dominadora, más reaccionan las culturas particulares.

--¿Cree que el Papa debe retirarse?

--Creo que sería bueno para él y para la Iglesia que se hubiera retirado en el momento oportuno. Con todo el cariño y el respeto que merece el heroísmo que debe significar mantenerse en el puesto, porque debe estar sufriendo mucho, retirarse sería un acto de humildad. Y hay muchísimos católicos, incluso muchos obispos y cardenales, que lo piensan, sólo que no lo dicen. Quienes no tenemos nada que perder, lo decimos. Yo creo que los cargos vitalicios no son oportunos ni en la sociedad ni en la Iglesia. Las personas somos humanas y tenemos límites. Los obispos se retiran a los 75 años, que ya son muchos. Yo ya estoy caduco y debería haberme retirado antes, pero no lo hice por otros motivos. Los compañeros no me dejaban.

--¿Es un buen papa Juan Pablo II?

--Yo siempre he reconocido su heroísmo. Pero uno quisiera verle más tercermundista, más dialogante, con otro tipo de curia romana, muy diferente de la actual. Que confiara más en las iglesias locales, que propiciara un catolicismo más católico y universal.

--Éste ha sido el papa de los santos, ¿de qué sirven hoy los santos?

--Sirven para estimular a la sociedad. Gente de nuestra raza y condición, de nuestro tiempo, que ha sabido seguir a Jesucristo. Vamos a aprender un poco de ellos. Por eso, no se debería esperar cinco siglos para canonizar al salvadoreño Romero. Bueno, el pueblo ya lo ha canonizado. Si levanta el ánimo de las gentes de Centroamérica, de América Latina y si para nosotros ya es un san Romero de América, vamos a canonizarlo.

--Quizás dependa un poco del dinero que se ponga sobre la mesa.

--Sí, lo que incomoda es que se exija tanto gasto para las beatificaciones y canonizaciones, por un lado y, por otro, que no se tenga libertad de espíritu y puntualidad profética para canonizar a esos que son de nuestros días, los que de verdad nos estimularían. Puede ser Romero, pero puede ser también la Madre Teresa.

--¿Qué le parece la idea del Fòrum de las Culturas en Barcelona?

--Es una iniciativa muy importante. Recibo todas sus publicaciones. En nuestra agenda latinoamericana del 2002, el tema central fue el diálogo entre las culturas. La del 2003 será el diálogo entre las religiones. En el 2004, la agenda planteará nuestros respectivos fundamentalismos, para que hagamos un examen de conciencia y reconozcamos que todos somos fundamentalistas de una manera o de otra. Puede ser un fundamentalismo machista, islámico, cristiano, europeizante o gringo. Por eso, el Fórum es importantísimo. Si no hay diálogo entre las culturas, no habrá paz mundial. Si no hay diálogo interreligioso, no hay diálogo entre culturas, porque la religión es el alma de las culturas. El diálogo que no es desde el alma es superficial.

--¿Desde dónde vivirá los actos?

--Desde lejos los acompañaré.

--El próximo año, sus 75 años lo jubilan. ¿Es cierto que le gustaría instalarse en Angola?

--Sí. Pero no quiero ir a África a dar trabajo. Dependerá de mi salud. Quedarme aquí, si llega un obispo amigo, estará bien, ¿si no?, bueno, las comparaciones no son buenas.


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